Desde la infancia, la economía ha rodeado mi entorno y existencia, para bien y para mal. Mi padre, que en paz descanse, fue director del Diner´s Club en la Habana, Cuba, y antes aquí en Valencia España, había trabajado en el Banco Hispano Americano. Aun conservo una revista de 1959 del Diner´s en que aparezco en una foto tirándole de la barba a Fidel Castro en los brazos de mi padre en un acto social en la isla de Pinos en el año 1959, antes de salir a toda prisa para España.
A mediados de los años 60, con mi familia fuimos vecinos de veraneo de la familia Vicente Salinas, (alto ejecutivo del Banco Bilbao), y 6 familias más en los apartamentos Les Escales en El Perelló, que entonces estaban en una playa paradisiaca llena de dunas y kilómetros de arena sin apenas edificaciones y gente, sólo 3 edicios cercanos y un gran chalet de la familia Sapena, Notario, incluso los hijos hoy en día. Quincoces, (que fue jugador de fútbol del Valencia), y su esposa, unos sobrinos de Vicente Salinas, Barrachina que era abogado, Cardevila constructor, su cuñado Miguel que era un alto ejecutivo de una empresa importante de muebles, Ballester un importante peletero de pieles de cocodrilo y otras varias familias que se intercambiaron durante varios años en el otro apartamento.
Rodando, rodando llego a mediados del año 1975 y empiezo a entrar a fondo en los estudios de economía; banca, empresariales, económicas y especialidades en varios sectores del sector industrial. Empecé el ritual de ir a los servicios de publicaciones del Banco Bilbao, Banesto, Central, Hispano Americano, Banco de España y otros. En la práctica conseguía casi todas las publicaciones en especial los gruesos y detallados anuarios que publicaban, los informes de resultados para las juntas de accionistas y algunos informes profesionales que publicaban reservadamente.
A partir del año 1977 en que salió a la calle el diario El País y las publicaciones anuales de Anuarios añadí una fuente más de información a la biblioteca de economía que ya contaba en la práctica con lo esencial publicado por los prestigiosos economistas de las diferentes tendencias y escuelas, inclusive publicaciones encontradas en librerías de viejo con las tapas corroídas y enmohecidas por el tiempo y la humedad. Mi guía a partir del año 1978 en las pesquisas de estas reliquias fue mi amigo del alma Miguel Muñoz también de viaje sin destino y regreso.
Con Miguel, mantenía una relación especial, había una simbiosis espacial humana difícil de encontrar en la vida. En el transcurso de nuestra relación, tuvimos ocasión de aprender, compartir conocimiento y emociones e intercambiar experiencias.
Un día, a mediados de 1982 me llama por teléfono muy excitado y me dice que teníamos que vernos lo antes posible, me invitó a comer a su casa como hacia a menudo. Había recibido una carta manuscrita de José Luis Sampedro en contestación a una que Miguel le había enviado con motivo de un libro de economía muy didáctico que yo le había enseñado y le había descubierto, pues no tenía ninguna referencia de él, a pesar de tener una biblioteca el doble que la mía, en torno a 16.000 libros bastante bien seleccionados, incluida la Británica, que yo he tenido solo cuando iba a su casa. Recibió con gran alboroto de José Luis Sampedro un par de cartas más y La sonrisa etrusca dedicada.
Fue una verdadera pena que apenas llegara a tener conocimiento del progreso de la informática y de Internet, aunque estaba bastante familiarizado pues su hijo Miguel fue toda una eminencia con reconocimiento mundial en nuevos lenguajes de software, "Cum laude" en la Sorbona y fue contratado como jefe del departamento de lenguajes de IBM en Madrid. Lamentablemente, también se fue de viaje sin apenas enterarse y poder disfrutar del esfuerzo realizado en su juventud.
Ese mismo año, me acompañó a un viaje de negocios a Santiago de Compostela a visitar a un ejecutivo de un grupo empresarial importante gallego, José Manuel Rey Novoa que entre otros cargos entonces era gerente del Correo Gallego. La visita transcurrió de maravilla, y la impresión que percibí de José Manuel, hoy alto ejecutivo y responsable de varia empresas, fue excelente como así ha sido, sirva la presente como mis mejores deseos y felicitaciones.
Antes en el viaje, recuerdo sucedió una anécdota en el aeropuerto de Madrid Barajas, camino de Santiago, en tránsito por la terminal para embarcar, Miguel me dice, mira! ahí delante está Rocío Jurado; miré y efectivamente a 30 metros escasos estaba con unas gafas grandes de sol y un sombrero tipo pamela, al asegurarme que sí era ella, corrí a saludarla y al llamarla y girarse me abrazó dándome un par de grandes besazos y saludándome efusiva y cariñosamente como ella era, y al tiempo exclamando Monty, cuanto me alegro de verte. Al galope, el incrédulo Miguel se situó junto a Rocío y a mí y acto seguido los presenté a ambos.
Durante los siguientes años Miguel me recrimino con envidia los dos pares de besos y el abrazo de Rocío y yo hice lo propio, con el cañonazo que durante la guerra contra Franco le propinó a un pobre burro cargado de leña que le mereció ganar una paga compensatoria a cargo de los contribuyentes.
A mediados de los años 60, con mi familia fuimos vecinos de veraneo de la familia Vicente Salinas, (alto ejecutivo del Banco Bilbao), y 6 familias más en los apartamentos Les Escales en El Perelló, que entonces estaban en una playa paradisiaca llena de dunas y kilómetros de arena sin apenas edificaciones y gente, sólo 3 edicios cercanos y un gran chalet de la familia Sapena, Notario, incluso los hijos hoy en día. Quincoces, (que fue jugador de fútbol del Valencia), y su esposa, unos sobrinos de Vicente Salinas, Barrachina que era abogado, Cardevila constructor, su cuñado Miguel que era un alto ejecutivo de una empresa importante de muebles, Ballester un importante peletero de pieles de cocodrilo y otras varias familias que se intercambiaron durante varios años en el otro apartamento.
Rodando, rodando llego a mediados del año 1975 y empiezo a entrar a fondo en los estudios de economía; banca, empresariales, económicas y especialidades en varios sectores del sector industrial. Empecé el ritual de ir a los servicios de publicaciones del Banco Bilbao, Banesto, Central, Hispano Americano, Banco de España y otros. En la práctica conseguía casi todas las publicaciones en especial los gruesos y detallados anuarios que publicaban, los informes de resultados para las juntas de accionistas y algunos informes profesionales que publicaban reservadamente.
A partir del año 1977 en que salió a la calle el diario El País y las publicaciones anuales de Anuarios añadí una fuente más de información a la biblioteca de economía que ya contaba en la práctica con lo esencial publicado por los prestigiosos economistas de las diferentes tendencias y escuelas, inclusive publicaciones encontradas en librerías de viejo con las tapas corroídas y enmohecidas por el tiempo y la humedad. Mi guía a partir del año 1978 en las pesquisas de estas reliquias fue mi amigo del alma Miguel Muñoz también de viaje sin destino y regreso.
Con Miguel, mantenía una relación especial, había una simbiosis espacial humana difícil de encontrar en la vida. En el transcurso de nuestra relación, tuvimos ocasión de aprender, compartir conocimiento y emociones e intercambiar experiencias.
Un día, a mediados de 1982 me llama por teléfono muy excitado y me dice que teníamos que vernos lo antes posible, me invitó a comer a su casa como hacia a menudo. Había recibido una carta manuscrita de José Luis Sampedro en contestación a una que Miguel le había enviado con motivo de un libro de economía muy didáctico que yo le había enseñado y le había descubierto, pues no tenía ninguna referencia de él, a pesar de tener una biblioteca el doble que la mía, en torno a 16.000 libros bastante bien seleccionados, incluida la Británica, que yo he tenido solo cuando iba a su casa. Recibió con gran alboroto de José Luis Sampedro un par de cartas más y La sonrisa etrusca dedicada.
Fue una verdadera pena que apenas llegara a tener conocimiento del progreso de la informática y de Internet, aunque estaba bastante familiarizado pues su hijo Miguel fue toda una eminencia con reconocimiento mundial en nuevos lenguajes de software, "Cum laude" en la Sorbona y fue contratado como jefe del departamento de lenguajes de IBM en Madrid. Lamentablemente, también se fue de viaje sin apenas enterarse y poder disfrutar del esfuerzo realizado en su juventud.
Ese mismo año, me acompañó a un viaje de negocios a Santiago de Compostela a visitar a un ejecutivo de un grupo empresarial importante gallego, José Manuel Rey Novoa que entre otros cargos entonces era gerente del Correo Gallego. La visita transcurrió de maravilla, y la impresión que percibí de José Manuel, hoy alto ejecutivo y responsable de varia empresas, fue excelente como así ha sido, sirva la presente como mis mejores deseos y felicitaciones.
Antes en el viaje, recuerdo sucedió una anécdota en el aeropuerto de Madrid Barajas, camino de Santiago, en tránsito por la terminal para embarcar, Miguel me dice, mira! ahí delante está Rocío Jurado; miré y efectivamente a 30 metros escasos estaba con unas gafas grandes de sol y un sombrero tipo pamela, al asegurarme que sí era ella, corrí a saludarla y al llamarla y girarse me abrazó dándome un par de grandes besazos y saludándome efusiva y cariñosamente como ella era, y al tiempo exclamando Monty, cuanto me alegro de verte. Al galope, el incrédulo Miguel se situó junto a Rocío y a mí y acto seguido los presenté a ambos.
Durante los siguientes años Miguel me recrimino con envidia los dos pares de besos y el abrazo de Rocío y yo hice lo propio, con el cañonazo que durante la guerra contra Franco le propinó a un pobre burro cargado de leña que le mereció ganar una paga compensatoria a cargo de los contribuyentes.
2 comentarios:
Quiero hacerte una pregunta un poco tonta, pero leyendo la entrada vi cum lauden, que es?
Y respecto a como llegue a tu blog, puede ser a traves de iniciativa devate publico.
Un placer poder, leer tus entradas ya que las veo interesantes.
Un grato saludo,
Carmen Calero
Gracias por comentar y compartir. Me agrada te guste mi blog Quisiera. A tu pregunta sobre el significado de "Cum laude" puedo decirte que es la distinción en grado máximo cuando alguien obtiene el Doctorado en cualquier licenciatura. En sucesivo, te puedo recomendar, que con el botón derecho del ratón, selecciones cualquier palabra que quieras saber su significado y cuando se abra el desplegable seleccionas "Buscar con Google" se te abrirá el navegador con los diferentes links de información sobre el significado o lo que quieras.
Gracias por indicarme cómo llegaste a mi blog, efectivamente es más que posible haya sido a través de Iniciativa Debate, site con el que colaboro publicando artículos y post.
Ya sabes, eres bien recibida y cualquier consulta que necesites no dudes en hacérmela llegar, con gusto te responderé lo antes que pueda.
Recibe un gran abrazo,
Juan Bernardo Montesinos
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