Interesante
post EURO como Gran PROBLEMA…para el nuevo Gobierno,
de mi apreciado Mark de Zabaleta que incita el presente post para un debate
a fondo. Sin duda, la constitución de la UE se configuró hace más de 60 años
por Jean Monnet y otros, que trazaron un plan de reconciliación y prosperidad
de Europa, para avanzar en la integración mediante la política de los pequeños
pasos. Esta gran visión de futuro, pienso fue un gran acierto a pesar de las
imprevistas o sobrevenidas graves dificultades de hoy.
Las grandes ventajas de la UE y del euro serían incuestionables y evidentes
sin duda alguna, si los políticos y gobernantes Europeos no se hubieran dormido
en los laureles como ya publiqué en el post "La gobernanza económico social". Ya sabían bien desde el
inicio, que la construcción Europea requería de pasos e instrumentos paulatinos
en integrar políticas y presupuestos comunes solidarios, además de vertebrar la
gobernanza unificada federada u otra similar, como en EEUU.
Desgraciadamente, la velocidad de los acontecimiento a consecuencia del
progreso y uso de la tecnología, en 60 años ha evolucionado y revolucionado el
cómo hacer y la caducidad de las normas y métodos, dificultando la asimilación
y compresión del día a día, además de la visión, previsión y perspectiva a
futuro.
Se necesita más Europa y euro, además de actualizar flexible y
dinámicamente todo el sistema y el ordenamiento jurídico económico social,
además de los instrumentos y flujos financieros necesarios de casi todo el
sistema productivo.
La multitud de ventajas, sinergias y beneficios de la UE en todos los
aspectos de progreso humano y de bienestar son incuestionables, por muchas
dificultades que tengamos actualmente y en el futuro, pues más del 70% del
comercio y la producción que produce la UE a fecha de hoy es entre los propios
países de la UE, dejando al margen los suministros de combustibles y algunas
materias primas.
Mi convencimiento es, que no hay vuelta posible atrás de la UE ni del euro
y, sería un gran error y desastre de consecuencias impredecibles, la
desintegración o la reducción a un núcleo de 4-5 países. Si ahora de lo que se
trata es de acomodar e integrar una especie de devaluación, aplazamiento y
reducción de las deudas, a diferentes velocidades, que supone de facto una
contracción, minusvaloración o devaluación de en torno al 15-20% del conjunto
de la UE actual, si se produce el colapso y la desintegración de la UE las
perdidas serían incalculables y mucho mayores, llegando en el caso de España a
una devaluación de más del 40%, por lo que retrocederíamos a los años 70,
tardando al menos 15 años en alcanzar una situación estable de crecimiento como
en la década de los 90. Amén similar para el resto de países de acuerdo a su
situación.
Una cuestión a estudiar sería que todos, capital dinerario, humano y
compradores en todas las escalas productivas, participaran en los beneficios monetarios directos generados en función de la suma del esfuerzo económico necesario para completar
el ciclo. Sería necesario que se estableciera una normativa y procedimiento
legal, en que los beneficios que se generen de cualquier actividad económica,
se queden e inviertan en los respectivos países según el consumo en la cadena
productiva, evitando el movimiento de capitales especulativos. De este modo se
dispersaría la riqueza, equilibrando los
ingresos y beneficios sociales de los ciudadanos entre países, además de
generar empleo local, evitando excedentes, infrautilización o el mal
aprovechamiento de los recursos y medios.
Añadir que es fundamental establecer un código de buenos usos y una ética
que permita establecer la base de confianza necesaria para el progreso.
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